A veces cubro el hueco con las flores que recogí en el invierno rancio de los ojos, que imaginé, deja que invente el brillo en su espalda al resbalar entre lunes de almanaque, desilusión. No me preguntes qué no entiendo, soy capitán de luz fría y blanca del recuerdo, casi irreal, te invité yo en ninguna parte, para esconder este juego tan inútil, ahí estaré.
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