"Despierta el pueblo sin palomas.
Mujeres ciegas llevan rosas en la boca,
su grito sordo llega hasta el sereno hueso
de la tierra, cada golpe es una derrota,
la espera es una calle herida,
una acera a la deriva, dispersa,
con las manos abiertas ante los hombres.
Desconoce el alba que le fue prometida.
No hay mañana bajo aquellas nubes.
Nada más bajo los ojos, cristal helado,
escombros que no son ya carne,
que no son aún olvido,
que no son luz ni miedo.
El niño azul cubre de pájaros
encendidos la noche, inmenso el mundo
en las extrañas ramas de la vida
viste su desnuda espalda sin luna
con el corazón extendido y luminoso.
Es el cuerpo de otra ciudad sin nombre".
(
Madrugada sin palomas, poema de Xelo Candel, extraído de la antología
En legítima defensa, poetas en tiempos de crisis.)
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