Los domingos, en mi cabeza, un gitano mira a la luna y toca la trompeta, en mitad de un descampado vacío. Los domingos, en mi cabeza, escenifico metáforas ridículas sobre la tristeza, sobre la extraña belleza de las cosas rotas. Los domingos, en mi cabeza, para no pensar qué estará pasando dentro de la tuya.
domingo, 29 de noviembre de 2015
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