Llueven septiembres quemados
sobre las sábanas tendidas de Mesón de Paredes.
Veo mi rostro dibujado en los cercos de café sobre la encimera.
Manchas con las que limpio de sueño mis sueños.
Serás algún dia esta luz destemplada de pasillo de hospital,
vigilándome. Se evapora
el pánico a la normalidad del fondo de los vasos.
Sólo queda, colgando entre párpados,
esta extrañeza edulcorada y seca.
Follando con la desesperación de un enfermo terminal
(que no alcanza a vivir más rápido de lo que se muere).
Y a cambio, eterna
su mirada lúcida, de comprensión absoluta,
atravesándome.
Muy lejos, de repente
hundiéndose en tu paladar de arena como el cáncer
mi vuelo sin motor de búsqueda rota.
No siento nada de lo consumado (de lo consumido).
No siento nada de todo lo que me roza.
http://www.youtube.com/watch?v=1m29hfOONL8
NOVELA: Javier Mateo Hidalgo.
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1.
Todo comienza
donde la memoria
nos permite.
Dibuja la tiza
sobre un negro universo
y su polvo se desvanece.
¿Los recuerdos son nuestros
o está...
Hace 17 horas
2 comentarios:
Cada vez que te visito encuentro algo mejor que lo anterior.
Un abrazo.
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