Aquí van algunos datos para combatir creencias populares falsas sobre el tema.
Es bien sabido que existen importantes riesgos para el bebé que no recibe lactancia materna y cuáles son, sin embargo no se tiene la misma constancia sobre los perjuicios de la madre que no amamanta. Son los siguientes:
-Está expuesta a un mayor riesgo de hemorragia postparto, peor involución uterina y pérdidas menstruales en los meses siguientes al parto, que dificultan la recuperación de los depósitos de hierro, aumentado el riesgo de anemia.
-Peor recuperación del peso preconcepcional (si amamantamiento, perdida de hasta 0.5 Kg cada mes de lactancia materna).
-A largo plazo se observa un incremento de la incidencia de artritis reumatoide, diabetes tipo II, así como de Ca de mama, Ca epitelial de ovario y Ca endometrial.
Se oye mucha información en la calle sobre las contraindicaciones de la lactancia materna, pero en la practica clínica real, son muy pocas las situaciones que contraindican la lactancia. Siempre se debe realizar una valoración individualizada, considerando los grandes beneficios de la alimentación con leche materna frente a los posibles riesgos. Si se considera necesaria la interrupción, se aconsejará a la madre que vacíe con frecuencia las mamas para mantener la producción de leche y poder reanudar la alimentación al pecho sin problemas.
Entre estas contraindicaciones se incluyen:
-Niños con galactosemia, malabsorción congénita de glucosa-galactosa y deficiencia primaria de lactasa.
-Infección materna por el VIH en países desarrollados, ya que disponen de fórmulas adecuadas para la lactancia artificial.
-Madres infectadas por el virus de la leucemia humana de células T (HTLV tipo 1ó 2).
Algunas falsas contraindicaciones de la lactancia materna se encuentran muy extendidas entre la población. Aquí recogemos las más importantes:
-Niños con diarrea aguda: la alimentación al pecho no sólo no esta contraindicada sino que es beneficiosa, ya que la digestión y absorción de estos nutrientes es mejor que la de los otros alimentos, aportando factores de defensa y bioactivos (citocinas antiinflamatorias: IL-10, IL-8, TGFβ 1 y 2) que contribuyen a la recuperación de la mucosa intestinal.
Por último, revisamos algunos hábitos maternos que deben ser reducidos o suprimidos durante la lactancia:
-Alcohol: el alcohol inhibe la prolactina, disminuyendo la producción de leche y bloqueando la liberación de oxitocina. Además, pasa en pequeñas cantidades a la leche, modificando su olor y sabor. Hay que aconsejar a la madre que no lo consuma o al menos que lo haga de forma ocasional, limitando la cantidad a un máximo de 0,5 g/kg de peso corporal materno y advirtiéndole que no amamante en las 2 horas siguientes a su ingesta.
-Tabaco: la nicotina puede cambiar el sabor y el olor de la leche, produciendo rechazo del pecho en el recién nacido. También inhibe la liberación de prolactina, disminuyendo la producción de leche. Interfiere en el reflejo de eyección. El paso a la leche de la nicotina produce en el niño un escaso aumento de peso y una mayor frecuencia de cólicos. Se producen además numerosos problemas derivados de la exposición pasiva al humo del tabaco. Si la madre no puede dejar de fumar no se debe suprimir la lactancia, pero sí se le aconsejará reducir el número de cigarrillos, que evite fumar durante un periodo superior a 2,5 horas antes de la toma del pecho y que no fume en la misma habitación.
-Fármacos: son muy pocos los fármacos que contraindican la lactancia por sus efectos nocivos sobre el bebé al pasar a través de la leche materna. Se debe buscar un fármaco que sea adecuado para la madre y compatible con la lactancia materna. Fármacos contraindicados: antineoplásicos, drogas de abuso social, fenindiona, amiodarona, ergotamínicos, yoduros.. La lactancia materna también debe suspenderse si ha de administrársele a la madre isótopos radiactivos con fines diagnósticos o terapéuticos.
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