domingo, 29 de abril de 2012


Mónica es preciosa, ya está dicho, y no camina sin su propio daño, pero de alguna manera su coraje navega más deprisa que su mala suerte, cosa que a él le admira, y en sus enormes ojos negros existe la promesa de cosas mejores, cosas que ella misma se promete y promete a quien quiera escucharla, y es dueña de una fiereza que primero ofende y asusta pero que, intuye él, también consuela y arropa, y es mujer de hacer cosas, sin por ello dejar de sentirlas, y tiene ahora, en este territorio de lo imaginado en el que él todavía se mueve, la capacidad de sobrevivir y de contar con lo mejor de sí misma como aliado, cuando él, a día de hoy, ha contado siempre con lo mejor de él mismo como enemigo, de ahí que no sea tan extraño que la quiera, ni sea casualidad, ni capricho que la quiera tanto.

(de la novela Ya sólo habla de amor, de Ray Loriga)

(...y la que se ducha)


viernes, 27 de abril de 2012

Pues pasa que este algo tal vez sea todo.

¡Por fin!


-Y eso de escribir, ¿cómo es? Algún día me gustaría a mí escribir algo, pero no sé muy bien cómo se hace.
-Yo tampoco.
-Venga, hombre, si es escritor algo sabrá. Se lo inventa uno, o va contando las cosas que le pasan. Porque yo podría contar un montón de cosas. Pero no tengo tiempo. Yo es que cada día me lío haciendo mil cosas.
-Todo el mundo piensa que su vida podría ser una novela.
-¿Y no es verdad?
-No. Una novela es una novela. No tiene nada que ver con la vida.
Sebastián se dió cuenta de que había elevado el tono con cierto disgusto. Estaba harto, como todos los escritores de este mundo, de que cualquiera pensase que esto de escribir era sólo cuestión de no tener nada mejor que hacer. Que los que follaban y jugaban al tenis y hacían piruetas en sus estúpidas motos de agua tendrían algo que escribir si se pusieran a ello.
Él sabía que no era capaz de vivir, y no acababa de entender cómo del otro lado nadie sentía la misma impotencia. No llegaba a entender cómo un tipo que era tan inteligente como para vivir de veras no era consciente de que no tenía ninguna posibilidad de escribir.

(fragmento extraído de la novela Ya sólo habla de amor, de Ray Loriga)

jueves, 26 de abril de 2012

Mi recuerdo en la frontera

Consejos para los inminentes R1s

"Hay cuatro tipos de conocimiento: el que sabes que sabes, el que sabes que no sabes, el que no sabes que sabes y el que no sabes que no sabes. Este último es el más común, y el más importante." Narinder Kapur

Cuando empecé la residencia (y este blog) encontré un bonito editorial del BMJ con consejos para un residente que empieza. Cada més de mayo cuando entran los nuevos residentes me gusta releerlo. Lo escribí en mayo de 2005 pero como todos los buenos consejos sigue estando viguente hoy:

* Aprende a manejar la incertidumbre
* Duda de lo que te enseñen, especialmente si es incosistente o incoherente
* Se humilde con respecto a tus conocimientos
* Se siempre tú mismo
* Disfruta
* Intenta practicar la medicina con la misma ética y principios en los que creías cuando entraste en la facultad
* Nunca tengas miedo de admitir tu ignorancia
* La medicina no es solo actividad clínica, también tiene que ver con las relaciones, el trabajo en equipo, los sistemas, las habilidads de comunicación, la investigación, las publicaciones y la evaluación crítica.
* Trata a tus pacientes con el mismo cuidado y respeto como si fueran tus amigos o familiares
* Curar no es lo que todo el mundo espera de tí: tus pacientes o sus familias pueden simplemente buscar apoyo, una mano amiga, un espíritu amable
* A parte de la familia no hay vínculo más fuerte que el que existe entre médicos y pacientes
* No creas lo que leas en revistas médicas y periódicos
* Trata de aprender a aprender, a obtener información médica útil y a evaluar su calidad
* Las primeras diez veces que haces algo (entrevistar a un paciente, coger una vía intravenosa, suturar una herida) será difícil, así que pasa por esas 10 veces lo más rápido posible
* Aunque no debe preocuparte decir “no lo sé” cuando sea apropiado, tampoco debe preocuparte equivocarte
* Aprovecha cada rotación aunque no vaya a ser tu especialidad en el futuro, porque estarás haciendo y compartiendo cosas especiales.
* Cuanto tengas un mal día porque estas cansado, estresado, sobrecargado de trabajo y te sientas infravalorado, nunca olvides que las cosas están mucho peor en el lado frío del fonendo. Puede que tengas un día de perros, pero tú no tienes cancer de pancreas.


(Todo esto sale de aquí: http://gofiococido.blogspot.com.es/2008/05/consejos-para-los-r1-que-empiezan.html y ha conseguido conmoverme)



miércoles, 25 de abril de 2012

Hoy he leído en algún sitio
que siempre es más fácil seguir que volver.
Por supuesto, acto seguido
me he partido la polla,
roto de pena.

domingo, 22 de abril de 2012

miércoles, 18 de abril de 2012

"Aquel que no es capaz de amar lo suficiente es siempre el único culpable" (Ya sólo habla de amor, Ray Loriga)

Hebe-frenia Kriptonítica en el Valle del Kas


"Negrita, el hígado se irrita
me pide que deje de beber.."

(más sed que la sed peor)
(voy a tener que aprender a vivir otra vez)
(un poco de drogas y rock&roll
y a seguir adelante
con farmacia y con aguante
porque me falta lo más importante)

sábado, 14 de abril de 2012

Yo por dentro y justo ahora escrito por otros (mucho mejor y como siempre)

"Todo lo que pensé que nunca haría anda por aquí" (Los Planetas, Una nueva prensa musical).
"No quiero salir de la velocidad, porque para qué." (mvua en su blog Y entonces volaron, 14.4.12)
"Confesaré cualquier cosa sabiendo bien que puedo hacer algo mucho peor" (Nacho Vegas, Marquesita)
"Nada es inevitable hasta que ha sucedido" y "La gente acaba por dejar marchar a los muertos" (Javier Marías, Los enamoramientos)
"Ojalá que despierte y no busque razones..." (Extremoduro, Si te vas)
"Y entender, por fin, que la vida es una permanente sustitución" y "Desaparecer siempre es la jugada maestra" (enfant terrible, partes blandas y desaparecer, respectivamente)
"Los ojos llenos de nubes, las botas llenas de mierda" (La cabra mecánica, Odio)
"...con elegante insignificancia (pasando por tu vida)" (Ray Loriga, Ya sólo habla de amor)
"The memory is cruel" (Russian Red)

jueves, 12 de abril de 2012

martes, 10 de abril de 2012

Atajos

No más verme sonriendo y líquido
en el negro
de unos ojos traidores.
(Porque lo tuve
sé que no lo necesito:)
No quiero un receptáculo caliente
y quebradizo
de semen y horas muertas.

Me quedo en mi cinismo,
armado de drogas blandas y pornografía on line.
Y otra vez el silencio,
ese atajo encharcado de sangre y whisky
hacia mí mismo.

Pero gracias.

Desilusión


A veces cubro el hueco con las flores
que recogí en el invierno rancio de los ojos,
que imaginé, deja que invente el brillo en su espalda
al resbalar entre lunes de almanaque, desilusión.

No me preguntes qué no entiendo,
soy capitán de luz fría y blanca del recuerdo,
casi irreal, te invité yo en ninguna parte,
para esconder este juego tan inútil, ahí estaré.

lunes, 9 de abril de 2012

Nocilla Experience VIII


"Lunes por la tarde, Jack barre la tierra en torno a la caravana, formándose así un círculo que incrementa la sensación de territorio propio. Se mira, deformado, en la chapa aluminizada; barba emergente, los ojos caídos, Como los de Carol, se dice, un pantalón de tergal, unas Adidas Saigón de 2ª mano. Se mete dentro y enciende la radio. Habla un hombre que asegura tener más de 1000 tatuajes en el cuerpo, y Jack se dice, Uff, qué asco. Cuando el sol ya no pega fuerte suele poner una silla en el borde del acueducto, y tira el sedal a los 2 palmos de agua. Ve pasar a los peces, grandes y gordos, que no prestan atención al cebo. Al final suele sacar 1 o 2, que luego hace a la plancha fuera, en la barbacoa, pero siempre dentro del círculo marcado. Mientras los fríe piensa en una historia que leyó hace tiempo en el Reader´s Digest: si a una persona le dicen que detrás de las 5 puertas que tiene ante sí hay un tigre sorpresa, y que ha de adivinar detrás de cuál de ellas está ese tigre, entonces sabrá que detrás de la última no podrá estar, porque una vez llegado hasta esa puerta sin haber encontrado al tigre, ya sabría seguro que estaría detrás, y en ese caso ya no sería un tigre sorpresa, así que la última puerta está descartada. Y tampoco estará detrás de la penúltima, porque sabiendo ya que en la última no puede estar, entonces sabría, con toda seguridad, que ha de estar en la penúltima, y en ese caso tampoco sería ya un tigre sorpresa, así que en la penúltima, descartado. Pero en la antepenúltima tampoco, porque sabiendo que no puede estar ni en la última ni en la penúltima, entonces tendría que estar justo ahí, en la antepenúltima, y entonces ya tampoco sería sorpresa, y así va descartando todas hasta que se da cuenta de que el tigre no puede estar en ninguna, y que precisamente era ésa la sorpresa, y para demostrarlo va abriendo las puertas una por una hasta que en una de ellas, da lo mismo cuál, el tigre le salta al cuello y lo mata, y Jack piensa que eso mismo pasa en la vida con lo que se planea y lo que en efecto al final ocurre. No es que la teoría y la vida estén mal, es que no tienen nada que ver, como tampoco tienen nada que ver los pensamientos del pez que baja aleteando con los del cabrón que tira el anzuelo y arriba espera."

(más fragmentos extraídos de Nocilla Experience, el delicioso delirio narrativo que me tiene absolutamente fascinado, de Agustín Fernández Mallo, y del que seguiré subiendo maravillas troceadas de esta subespecie remota hasta la saciedad o la denuncia)

segundo cuerpo glorioso: Alma


"La vagina de Alma era como la de una camella, como la de una grande, distinguida y amantísima camella. Vagina de vertiginosas profundidades y silenciosos gritos de la carne, de la entraña femenina. Yo nunca he sentido mi picha tan pequeña como en la vagina de Alma."
...
"Aparte que yo recurría a toda clase de intendencias para tenerla servida: le metía el puño entero hasta el útero (el límite era mi reloj de pulsera), le metía botellas de coca-cola recién abiertas, con toda la espuma saliéndose como una sonrisa vertical del coño, por meterle le metía, ya digo, hasta mi pequeña picha de latino, aunque tampoco soy muy latino.
-¿Y tú por qué le das tanto al piano, Alma?"
...
"Conocí a Alma en el bar del Ateneo de Madrid, un bar con olor a peluquería y Derecho Administrativo, que es lo que estudiaban los jóvenes ateneístas, o sea oposiciones. Alma estaba tomándose un café antes de entrar al concierto de los jueves. Era una rubia un poco sosa, de tan perfecta, y su estatura, igual a la mía, nos permitía un tú a tú que creaba mucha intimidad."
...
"-Ni Botticelli ni hostias, Alma. Tú eres un Leonardo. Leonardo. La gente es que no sabe ver en lo que es, como decía Stendhal.
-Bueno, pues Leonardo, tampoco vamos a reñir por eso.
-Yo es que riño por todo.
-Espera que te hago un café.
Y se iba a los fondos oscuros de la cocina con su cuerpo grande, armonioso, dibujadísimo, blanco y frágil. Tomábamos café, yo la estaba mirando a los ojos, más inteligentes que deslumbrantes, a la nariz perfecta de perfil, un poco ancha de frente, a las palabras que decía, siempre pocas, delicadas y lúcidas. O sea que nos cogía el anochecer hablando de Restif de la Bretonne y, mientras tanto, su cuerpo museal y desnudo había vagabundeado toda la tarde por los balcones, las amplias estancias, que eran cada una como un palacio después del paso de la horda, mirándose a los espejos rotos o masturbándose delicadísimamente con sus manos grandes, bellas y pianísticas, como tocando el arma, las arpas interiores de su alma."
...
"Pero allí estaba su cuerpo, en el quicio de una puerta, como una escayola lírica olvidada en un taller, y yo comprendí pronto que la única manera de reunir su alma con su cuerpo, su inteligencia con su sexo, su sensibilidad pianística con su coño, era hacer el amor. En la cama, efectivamente, en una de las plurales, altas, doradas y deshechas camas de la casa volvía a tenerla reunida consigo misma, y era, quizá, la mujer más adorable, sabia, falsa y quebradiza que he conocido en mi vida. A veces, cuando pienso en ella, me parece que todas las demás mujeres no han sido sino rodeos y aproximaciones a esta criatura dúplice con la que había que follar muchas veces para devolverle su unidad, su unicidad de Leonardo vivo."
...
"Y su cuerpo ya se había ido a tocar el piano. Tenía una transparente capacidad de ausencia. La primera vez me sorprendió comprobar que era virgen, y hasta le dolió un poco. Pocas vírgenes ha cazado uno esta vida, pero un Leonardo virgo es ya como demasiado. Alma, Alma.
Me tendía boca abajo y besaba minuciosamente todo mi cuerpo, como haciendo un mapa de besos para no perderse. Me metía la lengua en el culo. Era mujer activa que necesitaba un largo rato de caricias al macho, un prólogo/epílogo lleno de lentitudes, demoraciones y ternuras. Alguna vez le decía yo, suspicaz:
-Mucho sabes tú de todo esto, oyes.
-He tenido un buen maestro.
Se suponía que el buen maestro era yo, pero la respuesta le salía demasiado fácil como para ser verdad."
...
"La recuerdo atravesando Madrid en moto, toda de cuero negro, a la grupa de una Harley, a la grupa de un hijoputa, y comprendo que la amaba hasta el crimen. La recuerdo en su primer embarazo de casada, con bello blusón, y entonces tuve la experiencia de reposar sobre un vientre abultado y dulce, de penetrar una vagina que ya tenía inquilino, de encontrarme unos pechos grandes, lechosos, premamá, habituado como estaba a sus pechos dibujados y breves (Leonardo otra vez, sí qué pasa, coño).
-¿Y esto de los embarazos dura mucho, oyes?
-Nueve meses, es la costumbre."
...
"Yo, siempre en mi papel de tercer hombre, ocurre que tenía unos celos furiosos de ella, de él ,del niño venidero y hasta del médico que la atendía.
-Cómo has podido hacerme esto.
-Qué.
-Casarte.
-Las mujeres tendemos al matrimonio como los barcos al puerto."
...
"Se me escapaba, se me había escapado, la había dejado perder, como otras veces. Quizá estaba enamorado, pero como no conocía el amor, ni lo admitía, me rebelaba contra él y hacía chorradas.
-Las chorradas se pagan, Paco.
-Qué dura eres, Alma.
Y en seguida encontré la frase ridícula y como televisiva. Ha estado siempre al fondo de mi vida, tocando el piano desnuda, alejándome con su música, con su Bach y su Mozart que yo no entiendo ni me importan. La música es la distancia que ponía entre nosotros, involuntariamente, y que me dejaba arrinconado en el suelo de la gran casa for sale, como el prender de aquella prendería deslumbrante y triste.
-La música ha estado siempre entre nosotros, Alma, separándonos.
-Te encanta hacer frases. Siempre estás haciendo frases.
-Soy escritor como tu padre es banquero. (Porque encima tenía un padre banquero.)"
...
"Ah, el oro levísimo de su pubis, el pubis menos obsceno que uno haya visto jamás, pero muy levantado por el bulto del hueso, mujer de esquelatura grande y flexible, como una camella, ya digo, transformada por Leonardo en mujer."
...
"Fumaba y callaba. Después de hacer el amor, se levantaba desnuda a buscar tabaco por la habitación (nunca sabía dónde lo había dejado, adorable desorden femenino), y éste era para mí el mejor momento del polvo, el instante en que tanta mitología se volvía cotidiana y su cuerpo grandioso tomaba actitudes hacendosas de mujer/mujer, cuando yo estaba convencido de que no era una mujer, sino un ángel caído del cielo con virgo y todo (hasta que se lo quité, pero eso ya lo he contado).
Me pongo insistente y eso debe ser que todavía la amo.
Los enamorados somos tan coñazos como los ciegos del cupón. No hay nada tan pelma como un enamorado, salvo la ONCE.
-Estás escribiendo una cosa muy hortera sobre mí. Tú eres un lírico. A ver cuándo te olvidas del costumbrismo.
-Perdona, Alma, pero las leyes de la literatura sí las conozco mejor que tú. Sobre todo de la mía.
-Tengo derecho a opinar, ¿no?  Soy la protagonista.
-Absoluta.
-Y encima que no me llamo Alma.
-¿Tampoco te gusta el nombre que te he puesto?
-Es como de hija bastarda de Alfonso Guerra.
-Yo pensaba en Mahler.
-Cómo coños vas a pensar en Mahler si no lo conoces."
...
"Qué lejos quedan los tiempos tristes y fecundos de aquel caserón frente al Retiro. Alma tiene tardes/noches de amor urgente, violento, anhelante, cuando follamos a medio vestir, a medio desnudar. Alma tiene otros días de amor demorado, dulce, contemplativo, como si me viera desde muy lejos. La alternancia de unos días con otros es deliciosa y siempre me coge por sorpresa."
...
"Creo que nunca me he acostado tantas veces con una mujer. Y eso se nota, claro.
-¿Es que ahora lo vas a contar aquí todo por vanidad?
-Por vanidad y por una pasta."
...
"Siempre ha sido plural en los hombres y en las casas. Mi amor la ha perseguido por residencias de monjas, apartamentos en rascacielos, domicilios como el que he descrito, del Retiro (el fundamental en nuestra vida), clínicas psiquiátricas, clínicas de maternidad, colegios mayores, residencias universitarias, señas familiares y señas de separada. Me gustaría, ahora, hacer sobre el mapa de Madrid el mapa de mis itinerarios tras ella, con tinta roja, malva, fucsia, como la geografía de mi vida."
...
"Sobre ese mapa/plano podría escribir mi mejor novela, Alma, amor.
-Oiga, señor Umbral, que usted nos prometió unas memorias eróticas, libres de sentimentalismos, y ahora se está saliendo por Corín Tellado.
-Usted disimule, señora, y razón que le sobra."
... "pero creo que el cuerpo de alma está aquí presente, recorrido en toda su geografía rosa, dorada y adúltera: la boca intensa, los pechos ingenuos, el vientre purísimo, el sexo rubio, los muslos con larga curvatura de violín, muslos/stradivarius, los pies grandes, las manos/Leonardo, en fin. Por no hablar de esa Oceanía armoniosa, amplia y caliente de su espalda sensible, que a veces recorro con la seda enamorada de mi capullo. Dudo de que hombre y mujer hayan follado nunca tanto y tan bien. Y perdone el párrafo, si me he pasado.
A punto de terminar este capítulo, cojo el teléfono y la llamo. Su voz congelada por un contestador. O sea que encima se ha comprado un contestador. Pero se oye muy mal, debe ser malo y barato. Le dejo el recado:
-Tu contestador es una mierda, pero te quiero."


(fragmento extraído del brillantísimo "Memorias eróticas (los cuerpos gloriosos)", de don Francisco Umbral al que me reconozco abocado a acabar siempre volviendo.)

sábado, 7 de abril de 2012

500 days of winter

"soy el héroe del cuento,
no necesito ser salvado"

viernes, 6 de abril de 2012

como recordatorio de uno mismo


"En toda relación desigual y sin nombre ni reconocimiento explícito, alguien tiende a llevar la iniciativa, a llamar y a proponer encontrarse, y la otra parte tiene dos posibilidades o vías para alcanzar la misma meta de no esfumarse y desaparecer en seguida, aunque crea que de todas formas será ese su destino final. Una es limitarse a esperar, no dar nunca un paso, confiar en que pueda añorársela y en que su silencio y su ausencia resulten insospechadamente insoportables o preocupantes, porque todo el mundo se acostumbra pronto a lo que se le regala o a lo que hay. La segunda vía es intentar colarse con disimulo en la cotidianidad de ese alguien, persistir sin insistir, hacerse sitio con pretextos varios, llamar no a proponer nada -eso está vedado aún- sino a consultar cualquier cosa, a pedir consejo o un favor, a contar lo que nos ocurre -la manera más eficaz y drástica de involucrar- o a dar alguna información; estar presente, actuar como recordatorio de uno mismo, tararear en la distancia, zumbar, dar lugar a un hábito que se instala imperceptiblemente y como a hurtadillas, hasta que un día ese alguien se descubre echando en falta la llamada que se ha hecho consuetudinaria, siente algo parecido al agravio -o es la sombra de un desamparo- e, impaciente, levanta el teléfono sin naturalidad, improvisa una excusa absurda y se sorprende marcando él."

(fragmento extraído de la novela Los enamoramientos, de Javier Marías)

jueves, 5 de abril de 2012

Despertar inútil

Llueve y no pienso pensar.
Cómo aleja la realidad la cercanía de un recuerdo.
Y esta lluvia que te arrastra de mi vida pero no de mi cabeza.
Voy a vivir bajo una resaca perpetua,
en un domingo infinito en que
sigue lloviendo y ¿dónde estarás ahora?
Acariciando en tu vuelo mi insomnio líquido,
mi piel con el filo metálico
de un silencio.

Que rompa ya la mañana en ibuprofeno y charcos.
Remolino de palabras vacías dibujando
el hueco estéril de tu cuerpo.
No volveré a dormir, despertar es inútil.
Qué sencillo perder algo que quieres demasiado.
Qué sencillo es perderlo por miedo a perderlo.

Avanza el verdín por las grietas
de mi corazón de carretera y lluvia.
La mirada se va enturbiando, se va
devorando kilómetros que no te alejan.
Pero te irás disolviendo en la noche
de verano que es el tiempo y la distancia
como una luna efervescente.
Sólo hay que esperar, supongo.
Que pase todo el tiempo posible
en el menor tiempo posible.

Suena "Avería y redención".
Me masturbo y lloro.
Sigues doliendo más que tu belleza.

(escrito hace aproximadamente un año, 
subido ahora, que también llueve pero
me río de las nubes con los pies calados
y celebro así, personal y extrañamente,
borracho por supuesto
este glorioso aniversario)

miércoles, 4 de abril de 2012

Nocilla Experience VII


"La verdadera culpa de que Josecho escribiera su novela Ayudando a los enfermos, y propusiera que el lanzamiento de la misma se hiciera por medio de anuncios en el 50% de las vallas publicitarias de Madrid, y que todo ello lo financiara la firma Chanel, no residía en obtener mayores ventas de lo habitual, ni en codearse con las modelos más deseables del planeta, ni, mucho menos, en pasar a la historia de la literatura, no, la verdadera culpa era de la Vespa 75 cc, color blanco, modelo Primavera, de un solo asiento [así se aseguraba de que siempre viajaría solo]. Era ésta la actividad que más le fascinaba: pasear en Vespa por Madrid pertrechando con una cazadora de plástico Graham Hill, gafas de sol patrulleras, casco con visera forrado de pegatinas y un iPod conectado a los oídos. Por eso, una vez se hubo lanzado el libro, cada día, a eso de la media tarde, cerraba el candado de su caseta en la torre Windsor, bajaba al parking, arrancaba la Vespa, que guardaba de incógnito entre dos columnas, y salía para ver su rostro en foto presidiendo el día a día de los madrileños. De Orcasitas al Retiro, de San Blas a Chueca, de Moncloa a Carabanchel, de repente, todos los barrios de Madrid se igualaban porque en todos aparecía su cara. Antes de la medianoche regresaba a la caseta, satisfecho, y cenaba un par de lonchas de Pavofrío con pan integral y una lata de Mahou. Lo hechos son ésos, pero, de todas maneras, esta explicación a su ansia por aparecer retratado en vallas publicitarias es demasiado superficial, obvia, hasta quizá inverosímil, cuesta creerla. Recientemente se ha propuesto otra: parece ser que fue a tirar una multa de aparcamiento recién puesta a una papelera urbana cuando, una vez metida la mano en el orificio, palpó lo que resultó ser un libro escrito en inglés, que guardó en la mochila para, una vez en la azotea, comprobar que era de una mujer norteamericana de Utah. El libro tenía en la primera hoja una dedicatoria de puño y letra de la propia autora que decía en inglés, "A quien lo haya encontrado. Ahora, si quieres, ya puedes tirarlo. Afectuosamente, la autora, Hannah". Movido por el interés fue traduciendo poema a poema. Se fijó especialmente en éste,

Qué pura es la soledad de los anuncios por palabras
[la valla publicitaria es otra cosa: no hay
soledad en un mundo ocupado por un solo objeto]
y la de los días del calendario
y la de las fotos de algunos corchos de algunas oficinas
y la de las teclas de los personal computer
y la de los cajones del tocador de una mujer
y la de los elementos de la tabla periódica: recintos
sólo accesibles
[de vez en cuando]
por sus correspondientes isótopos.

Quedó impresionado por los versos: la valla publicitaria es otra cosa: no hay / soledad en un mundo ocupado por un solo objeto, y entendió que era ésa una perfecta vía posible para salir de su monacal encierro, porque [y aquí radica el quid del asunto, el motivo por el cual había dejado de escribir a Marc, aun apreciándolo], en contra de las apariencias, en contra de lo pregonado por él mismo, no amaba la soledad, no, no amaba a Unabomber, ni a Cioran, ni a Wittgenstein, ni a Tarzán, sino que era profundamente infeliz viviendo en una azotea, sin un trabajo normal donde poder relacionarse y saludar por las mañanas, sin un bar en el que tomar café y un croissant y leer el As a diario, sin nadie con quien en verano acudir a las playas de Alicante, condenado así a quedarse en un Madrid vacío y caluroso, en el que el único pasatiempo estival es ir, cuando cae el sol, a cines también vacíos que proyectan películas fuera de circuito, con esas butacas tan aisladas y frías como esas fotos de los corchos, esos días cuadrados del calendario, esas teclas de los personal computer, esos elementos de la tabla periódica, de los que el poema hablaba. Estaba claro que, como decía aquel verso, la valla publicitaria era otra cosa: no podría haber soledad en un mundo ocupado por un solo objeto. Y fue a por ello."

(más fragmentos extraídos de Nocilla Experience, el delicioso delirio narrativo que me tiene absolutamente fascinado, de Agustín Fernández Mallo, y del que seguiré subiendo maravillas troceadas de esta subespecie remota hasta la saciedad o la denuncia)

martes, 3 de abril de 2012

parece que llueve y tú duerme

"Recuerda bien,
no te me pierdas,
no dejes que te vuelva como una piedra.."

domingo, 1 de abril de 2012

No queremos ser un recuerdo menguante


"Cuando uno ha sido abandonado, se puede fantasear con un retorno, con que al abandonador se le hará la luz un día y volverá a nuestra almohada, incluso si sabemos que ya nos ha sustituido y que está enfrascado en otra mujer, en otra historia, y que sólo va a acordarse de nosotras si de pronto le va mal en la nueva, o si insistimos y nos hacemos presentes contra su voluntad e intentamos preocuparlo o ablandarlo o darle lástima o vengarnos, hacerle sentir que nunca se librará de nosotras del todo, que no queremos ser un recuerdo menguante sino una sombra inamovible que lo va a rondar y acechar siempre; y hacerle la vida imposible, y en realidad hacerlo odiarnos. En cambio, no se puede fantasear con un muerto, a no ser que perdamos el juicio, hay quienes eligen perderlo, aunque sea transitoriamente, quienes consienten en ello mientras logran convencerse de que lo sucedido ha sucedido, lo inverosímil y aun lo imposible, lo que ni siquiera cabía en el cálculo de probabilidades por el que nos regimos para levantarnos a diario sin que una nube plomiza y siniestra nos inste a cerrar los ojos de nuevo, pensando: Bah, si estamos todos condenados. En realidad no vale la pena. Hagamos lo que hagamos, estaremos sólo esperando; como muertos de permiso, según dijo una vez alguien."

(fragmento extraído de la novela Los enamoramientos, de Javier Marías)