sábado, 6 de febrero de 2016

La juventud, de Paolo Sorrentino


"- Que nadie en el mundo está preparado. Así que no hay razón para preocuparse."

Za Za, emperador de Ibiza (fragmento) de Ray Loriga

"Suena «Love Spreads» de los Stone Roses en alguna de las terrazas del puerto, o seguramente sólo en la cabeza de Za Za. El sonido preciso de su propio pasado le confunde aún más que el rumor de lo nuevo. Los recuerdos se amontonan hasta formar una pira funeraria. Vienen y van los recuerdos, sin ton ni son, y campan a sus anchas.

Londres y el viejo Za Za, por entonces mucho más joven, arremolinado entre los críos modernos en el Shepherd’s Bush Empire, una de las incipientes catedrales del rock de vanguardia de principios de los noventa, durante un concierto de Teenage Fanclub. El Groucho Club del Soho, lleno de inocentes reyes del arte del mañana, Da mien Hirst y Tracey Emin en pañales, mientras el fantasma de Francis Bacon sigue caminando todavía (¿fresco?) por Madrid. Concierto de Royal Trux en el Mercury Lounge de Nueva York, ¿o era el Bowery?, sashimi en mesas de corian blanco (material para decoración doméstica, carísimo, y tal vez por eso muy apreciado por los esnobs), entre filas y filas de ropa que nunca estará de moda (la moda nunca está de moda), adolescentes disfrazadas de empleadas del hogar sujetando cigarrillos Virginia Slims entre sus dedos, con las manos cubiertas por guantes de fregar amarillos en las calles de Tokio. 1990, Berlín unificado o empujado por píldoras militares y desfiles civiles, al son de la vieja guardia del rock decadente (Pink Floyd, sin ir más lejos), la arrogancia de la enésima juventud triunfante chocando contra las rocas testarudas de la historia. Una ensalada diabólica, se coma como se coma. Mejor no comer, pero algo hay que comer...


Mejor olvidar.
Pero algo hay que olvidar.
Todo lo que conocía Za Za ha muerto.
O eso dicen.
Bienvenido a Estos Días.
Estos Días es el tiempo de ahora con la in
formación de antes, sin futuro todavía.

El musgo pegado a un tiempo que no es tierra firme ni está del todo sumergido. Cualquiera puede ser un ciudadano ilustre en Estos Días, aunque se llame Za Za y sea un ex- traficante de cocaína y viva (si se le puede llamar vivir a este inane retiro) en Ibiza. Tampoco hay que dramatizar, hay mucha gente que es ex cosas peores y vive en sitios mucho más feos. Estos Días son la tierra de los nuevos soldados, aquellos que aún no han hecho el daño suficiente, y la tierra de los viejos criminales que no han muerto todavía
ni han sido aún juzgados. 

Fantasmas ociosos, los unos y los otros.
Pero ésta es la historia de Za Za, exdealer, jubilado y futuro emperador de Ibiza.
Y para empezarla bien, hay que hablar antes de un mono."