martes, 19 de agosto de 2008

Transición entre circulación pulmonar fetal y adulta


Durante la etapa fetal, gran parte de la circulación pulmonar es innecesaria, ya que la oxigenación de la sangre depende de la placenta. Los vasos pulmonares están contraídos y ofrecen una gran resistencia, de modo que la cantidad de sangre que pasa por ellos es la imprescindible para la nutrición y desarrollo de los tejidos del pulmón. Por el contrario, la circulación sistémica ofrece una resistencia muy baja ya que se halla conectada a la placenta.

Existen además dos puntos de cortocircuito fisiológico en el feto: el ductus arterioso y el foramen oval. En ellos se permite el paso de sangre desde las cavidades derechas, de alta resistencia, hacia las izquierdas, con un gran cortocircuito de derecha a izquierda que contribuye a que el gasto pulmonar sea mucho menor que el sistémico. De ese modo, en el feto la sangre pasa de la cava inferior hacia la aurícula izquierda por el foramen oval, y de la cava superior va hacia la arteria pulmonar, sale por ella y en gran parte pasa de esta arteria hacia la aorta a través del ductus.

En el momento del nacimiento se producen dos grandes cambios que modifican este patrón de circulación fetal:
1.- Se excluye a la placenta de la circulación sistémica, por lo que la resistencia sistémica aumenta notablemente.
2.- Se expande el pulmón, abriéndose nuevos vasos que reducen la resistencia pulmonar.

Estos hechos producen una redistribución del flujo hacia el pulmón, que aumenta de forma notable hasta igualar el gasto sistémico. El aumento de la presión en la aurícula izquierda produce el cierre del foramen oval, y el aumento de la presión de oxígeno a nivel pulmonar lleva a la síntesis de prostaglandinas que condicionan el cierre del ductus.

De esta manera se llega a igualar el gasto en los dos circuitos, con las características propias de la circulación pulmonar del adulto:
1.-Gasto igual en ambos circuitos.
2.-Resistencia pulmonar baja y sistémica elevada.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Fiestas Valdeojete 2008


Ésto es lo que queda del programa de festejos de nuestras tradicionales fiestas patronales en honor a la Virgen de la Milagrosa si desterramos de él los eventos taurinos, religiosos o infantiles:

Jueves 14 de Agosto:
-20:00 Pregón y Entrega de Premios:
Entrega de premios a los ganadores de los campeonatos y traca inicio de fiestas.
-22:00 Barbacoa Popular:
En el Recinto Ferial (Campo de fútbol-Plaza de Toros).
-23:00 Discoteca Móvil:
En el Recinto Ferial (Campo de fútbol-Plaza de Toros).

Viernes 15 de Agosto:
-14:00 Aperitivo:
Junto a la parroquia.
-23:00 Orquesta Alto Voltaje:
En el Recinto Ferial (Campo de Fútbol).

Sábado 16 de Agosto:
-14:00 Paellada Gigante:
Reparto junto a la Parroquia.
-17:00 Tiro al Plato:
Camino del Cementerio.
-23:00 Orquesta Magnum:
En el Recinto Ferial (Campo de Fútbol).

Domingo 17 de Agosto:
-14:00 Aperitivo:
En frente de la Parroquia.
-17:00 Payasos o Teatro:
En el Polideportivo Municipal.
-21:30 Barbacoa Popular:
En el Recinto Ferial (Campo de Fútbol-Plaza de Toros).
-22:30 Espectáculo de Variedades:
Revista José Alcázar.
-00:00 Fuegos Artificiales:
Fuegos Artificiales Fin de Fiestas.


Y ésto es lo que se inventa la peña "el gnomo", para sobrevivir a los empujones de las viejas haciendo cola por comida gratuita, y al aburrimiento soberano de los pasodobles y el reguetón.















* Diseño de carteles por gentileza y genialidad de una gnoma rubita y linda hasta con cara de resaca.

martes, 12 de agosto de 2008

Manual mudo (guión descartado)


“La mano que tiembla” yace áspera y parcialmente flexionada. “La mano que tiembla”

derrama, lluviosa y pálida, sus dedos absurdos sobre el fondo de lycra negra. “La mano que tiembla” no sabe porqué.

“La mano morena y suave” aparece en el plano, suspendida. Desciende. Su meñique terso y mínimo acaricia la superficie yerma de “La mano que tiembla”.

“La mano que también tiembla” entra en escena, brusca y trágica, correspondiente izquierda de “La mano que tiembla”. “La mano que también tiembla” lanza, desesperada, sus dedos inútiles y adhesivos sobre el meñique de “La mano morena y suave”, dibujando un abrazo asfixiante y ridículo. “La mano que también tiembla” tampoco sabe porqué.

El meñique de “La mano morena y suave” resulta en esta ocasión demasiado suave. La carne se escurre entre la carne. Y los dedos de “La mano que también tiembla” se precipitan, incrédulos y fríos, al vacío de una tapicería de autobús de línea regional. Toda la secuencia envuelta por un perfecto silencio más cómplice que fúnebre.

“La mano que tiembla” presencia la fatalidad, sin la más mínima variación de su temblor inicial. Con la escalofriante soberbia de quien auguraba una catástrofe ahora consumada. “La mano también morena y también suave” no llegó a tiempo. Nunca llegó. Y “La mano que tiembla” culpa a “La mano morena y suave” de la ausencia criminal de su correspondiente derecha, con un repudio táctil e invisible.

“La mano que tiembla” se sabe escéptica. Y se repliega en su gravedad flexionando por completo sus falanges, como un arácnido consumiendo sus últimas fuerzas para recibir a la muerte en una posición sofisticada, adoptada automáticamente con dignidad y elegancia.

“La mano morena y suave” no sabe si es escéptica. Sabe que quizá, “La mano que tiembla” y “La mano que también tiembla”, simplemente temblaran por la arbitrariedad de la transmisión mecánica de vibraciones a través de las estructuras de un vehículo en marcha. Lo sabe y no le consuela porque no lo necesita.

“La mano que tiembla” ya no tiembla. “La mano que también tiembla” ya tampoco tiembla. “La mano morena y suave” ya no acaricia.

Y la evidencia desmesurada del simbolismo se torna obscenidad implacable. Sináptica. Letal. Golpea inmediata la carne neuronal y humillada del raciocinio.

Y asusta, como casi siempre, más de lo que duele.



martes, 5 de agosto de 2008