viernes, 30 de agosto de 2013

de un mundo que queda lejos


Postrado y enflaquecido, mi padre ya no era ni la sombra del que fuera, pero su voz sonaba rotunda, como si se sobrepusiera a la ruina física. En el silencio de la habitación, solamente interrumpido por el goteo monótono de la medicación y por el ruido, afuera, de la ciudad, que continuaba su vida ajena a nosotros dos (siempre la enfermedad produce esa sensación: la de aislar a los que la sufren de un mundo que queda lejos), las palabras de mi padre retumbaban como piedras arrojadas a un estanque abandonado ya por toda la gente. Porque ni siquiera parecía decírmelas a mí. Parecía hablar para él mismo, si bien yo estaba presente y escuchaba lo que decía y él sabía que era así. Tan solo en algunos momentos, cuando la enfermedad o la duermevela le sumían en un estado de confusión, hablaba realmente para él, sin dirigirse a nadie en concreto. Fue una de esas ocasiones cuando dijo aquella frase que me conmocionó hasta el punto de que la recuerdo aún:
     - Nos pasamos la mitad de la vida perdiendo el tiempo y la otra mitad queriendo recuperarlo.
La dijo y se quedó en silencio.

(fragmento extraído de la novela Las lágrimas de San Lorenzo, de Julio Llamazares)


miércoles, 28 de agosto de 2013

mirarnos a los ojos


Es el comienzo de los silencios entre nosotros. Los silencios ocurren cuando me oculta algo que sé que me oculta, él sabe que lo sé y yo sé que él sabe que lo sé. Si me traiciona, de inmediato adivino su traición y de inmediato él adivina que la he adivinado. Ni si quiera es necesario que él cometa un error y que yo no disimule mi decepción. Nos basta con mirarnos a los ojos.
Es el comienzo de los silencios entre nosotros.

(fragmento extraído de la novela Tiempo de vida, de Marcos Giralt Torrente)


miércoles, 14 de agosto de 2013

qué forma de morir tan celestial

Leer el luminoso gigante: IKEA. Empieza algo nuevo.
Y sonreír con cinismo apretando el volante.
Dejar en el parking la tentación del atraco con rehenes.

Qué hago yo en IKEA.
Envidiar al autor de uno de esos libros huecos
que rellenan las librerías BILLY, los estantes LACK.

Aver qué coño hago yo en IKEA,
llevando esta bolsa amarilla y vacía, esta cara de idiota.
Sentirme libre y creativo combinando colores y texturas.
Sin personas. Recordar en bucle la puta escena
de 500 days of Summer,
sin que Gordon-Lewitt llegue nunca a acuchillar a Zooey
manchando de vísceras y sangre un colchón SULTAN FOSSING
y hasta una lámpara HEKTAR.

A esto vine a IKEA.
A quererme ahogar en zumo de manzana.
En galletitas caducadas
de droga y avena. A entenderlo.
Para redecorar tu vida primero tienes que habitarla.



miércoles, 7 de agosto de 2013

Desde que te secuestran los veranos.

"Me persiguen
los teléfonos rotos de Granada,
cuando voy a buscarte
y las calles enteras están comunicando.

Sumergido en tu voz de caracola,
me gustaría el mar desde una boca
prendida como la mía,
saber que está tranquilo de distancia,
mientras pasan, respiran,
se repliegan
a su instinto de ausencia
los jardines.

En ellos nada existe
desde que te secuestran los veranos.
Sólo yo los habito
por descubrir el rostro
de los enamorados que se besan,

con mis ojos en paro,
mi corazón sin tráfico,
el insomnio que guardan las ciudades en agosto,
y ambulancias secretas como pájaros."


(poema extraído de Fragmentos recogido en un epistolario,
de Luis García Montero)

http://www.youtube.com/watch?v=xQhqc8JMoXc

Fiestas Lavapi 2mil13