En tres días tres mujeres distintas y preciosas me decían
que soy demasiado inmaduro para ella (una),
demasiado inteligente para no hacerme daño
y por extensión hacérselo (otra),
y que hubiera preferido no conocerme (otra más).
Mientras, yo
(que ya había fantaseado con protagonizar
estas escenitas lamentables de telefilm casposo)
por supuesto,
seguía detrás de mi mejor sonrisa
(sintiéndome un completo y miserable gilipollas).
En tres días tres mujeres distintas y preciosas me decían
lo que tú no pudiste hace tres años.
Lo que no he querido cambiar de mí en tres años cambiando.
Los 227 que eligieron plaza en el 2º llamamiento...
-
...PD.- Para ver con mayor claridad el tablón o la gráfica haz clik con el
botón izquierdo encima del mismo, una vez se ha hecho más grande pon el
ratón e...
Hace 17 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario