martes, 25 de agosto de 2015

Iceberg, de Benjamín Prado (fragmentos)

"Carmela, nunca mires
las lágrimas en blanco del hipócrita.
No permitas a nadie
reemplazar tu vida por la suya.
No eches de menos cosas que no puedan volver.
No hables con los que creen que sobran las palabras.
No mezcles los recuerdos con los planes.
Cuenta a los otros sólo lo que sean
capaces de callar.
(...)
No sueñes al dictado.
No sigas las campanas.
No preguntes por gente que esperas que te olvide.
Carmela, este poema sólo quiere un final:
Han pasado los años; hace mucho que el viento
aúlla como un lobo transparente
en mi casa vacía,
y una noche,
en un lugar donde alguien
nada en el mar o alguien cava en la nieve
igual que si buscase el corazón del frío,
piensas en mí
y acabas esta historia:
-Tal vez de algunas cosas me arrepienta
pero no me avergüenzo de ninguna.
Escribe tú eso entonces y yo seré hoy feliz."
(Segunda Carmela)


"Lo contrario de un hombre limpio es el agua sucia.
Lo contrario del mar es una mujer ciega.
El que derriba un puente, construye un precipicio.
Las cicatrices son golpes que no se olvidan.
Hay verdades sin límite y hay cosas que se acaban:
Los ríos son Machado.
Yo te amé a tumba abierta.
Los alacranes brillan a la luz de la luna
y después son, de nuevo, venenosos y oscuros.
Es así, tan sencillo.
Luchar por las cenizas es renunciar al fuego.
Una palabra dicha es un pájaro que se vuela.
Tu muerte está debajo de mi piel,
lo mismo que un insecto en un vaso volcado.
¿Qué más puedo decirte?
Que yo te amé de Norte a Sur, sin fondo,
con uñas y con dientes,
sin secretos,
sin trampas.
Que no he querido oír una vez más tu voz,
ni mirar nuestras fotos,
ni verte acariciando con tus dedos azules
a los perros que comen las sobras de tu vida.
Yo sólo quiero oscuridad y humo.
Yo he venido a decir
que te he olvidado;
que volveré a olvidarte cada día,
cada uno de los días de mi vida."
(Lo mismo y lo contrario)


"..la piel es sólo un dique que contiene la muerte.
(...) y un hombre nunca sabe qué pasado le espera.
(...) Abro un libro. Es muy bello. De qué me sirve ahora.
(...) Donde acaba mi mano comienza el precipicio.
(...) No confíes jamás en quien no haya sufrido
(...) Cavé en tu corazón buscando una luz roja.
No sé si te conservo o si te has ido.
No sé si existes o si te he inventado.
Sé que donde tú estás hay espigas azules,
hay brújulas que orientan los deseos.
(...) Cavé en tu corazón.
No sé si te he encontrado
o sigo una luz roja que me aparta de ti."
(varios poemas)

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