"Florent escuchó las nuevas canciones. Cuando llegó a Línea 1, atendió a la letra y pensó que J no había perdido detalle de todo lo que le había estado pasando por la cabeza. Sabía que la canción hablaba de él. Entendía que era él mismo quien pronunciaba esas palabras. Pero no le molestó. Era una canción tranquila, avanzaba con una despreocupación que contrastaba con el veneno que llevaba su mensaje. Hablaba de cosas que ahora mismo no le apetecía escuchar, pero era tierna. J le había dado un punto de dulzura que la redimía. Hay canciones que purifican la situación más desagradable, que pueden trasladar un hecho concreto a un estadio superior, más allá del bien y del mal, a un dimensión paralela donde la moral no tiene valor, pues ha sido abolida. J había sublimado en una canción el eterno periplo de Florent. También el del propio J, claro. Pero, esta vez, Línea 1 era un regalo para Florent."
(fragmento del libro de Nando Cruz Una semana en el motor de un autobús, la historia del disco que casi acaba con Los Planetas, publicado por Lengua de Trapo)
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