Después, en los sueños del bromuro,
todos
los
ascensores
se
des-
cuel-
gan.
Las lenguas curiosean
y les gusta decir siempre
la última palabra,
gobernadoras,
sin lenguaje,
sólo húmedo
cerco
de carne
roja.
Vuelvo a casa
con los lacrimales rotos
y las rotas lunas de todas las joyerías.
Collar de perlas.
Como si me hubiesen forzado,
me desconsuelo.
Alunizajes.
(poemas extraídos del doble poemario Perra mentirosa/Hardcore de Marta Sanz, editorial Bartleby, regalazo de Ángel y Elena. Gracias a los tres.)
Rainer Maria Rilke / Señor, da a cada quien su propia muerte
-
Señor, da a cada quien su propia muerte.
El morir que de cada vida brota,
donde él tuvo amor, sentido, apremio.
Pues solo somos vaina y hoja.
La gran...
Hace 17 horas
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