"Cualquiera de ellas", pensé. "Alguien." Me di un poco de asco, sorprendido por la cortante lucidez de un cinismo que me negaba a reconocer desde tanto tiempo atrás. Yo era una mierda de tipo que además pretendía ser reconocido como una especie de héroe sin hazañas, un mentiroso más, un prototipo fabricado a la medida de mis miedos de uvas verdes "y si yo quisiera pero no me da la gana", un falso vagabundo que no erraba por gusto sino por cobardía, un viajero de mujer en mujer sin pelotas para quedarse en ninguna, un excepcional fabulador cómico con cuatro chistes en el repertorio, cuya única virtud era no repetir función para no descubrir su farsa.
(fragmento extraído de la última novela de Carlos Salem,
Un jamón calibre 45)
1 comentario:
Lo tengo encargado en la librería y me muero de ganas de leerlo. Este fragmento abre más el apetito.
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