El sonido de una sirena de ambulancia atraviesa la noche.
Y no sé si se acerca o se aleja.
No sé si estaba de fiesta y me recogen o si estoy de guardia y la recibo.
Porque ahora mi vida es esto, construirme metódico y constante dentro del hospital para destruirme agónico fuera.
Cuidar enfermos 6 días y una guardia y media a la semana. Para poder enfermarme 5 noches al mes, hasta anestesiarme de odio y vacío.
Beberme las nóminas para no llorar los certificados de defunción, las miradas incrédulas de los familiares.
Atraviesa la noche una sirena que me conduce intoxicado y roto, con la camisa manchada de sangre, hacia mí mismo refugiado en un pijama verde y unas ojeras dispuestas.
Cuando las tragedias son tu rutina laboral, adulteras tu ocio hasta un hedonismo salvaje. Fuera del hospital, todo adquiere una pátina ridícula de banalidad. Te endureces y frivolizas tu alrededor. Nada importa demasiado. La realidad aburre y vives rápido.
Aproximadamente a 150 km/h por el carril izquierdo de la A-42.
Una sirena de ambulancia que atraviesa la noche y mi presente desorientado, para que uno de mis dos yos le sobreviva al otro.
¿Qué hubiera pasado si la referencia de la nota de corte hubiera sido la
misma que el año anterior?...
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... es decir, el 25 % del promedio del 10 % de los mejores exámenes, y no
0,33 netas...- La nota de corte hubiera sido de 32,00 netas en lugar de una
nota...
Hace 9 horas
2 comentarios:
Estás vivo. Y lo están quienes ven al primer yo. Es suficiente.
Gran blog.
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