lunes, 15 de abril de 2019

Oración, un poema de Manuel Vilas

Ahora que ha finalizado el periodo de precampaña y comienza el de campaña electoral y en absolutamente nada se diferencian. Justo ahora que en cada radio que sintonizas, televisión que enciendes, avenida que recorres... Que en cada insalubre red social a la que te asomas recibes solamente metralla sorda de propaganda insultante.
Ahora que tan demostrada ha quedado en la historia reciente esa incapacidad de la mayoría para decidir un futuro menos esclavo para la propia mayoría. La vida es injusticia poética y leo en una carta certificada que he sido designado con el honor obligatorio de constituir mesa electoral el próximo domingo 28 como suplente de vocal. Justo ahora que cuanto sé me produce de inmediato una infinita pereza.
Una metralla sorda de propaganda agotadora, para dimitir del latir inútil del mundo. Ahora que solo quiero refugiarme detrás de un endoscopio hasta que se extinga la humanidad entera. Es un verdadero placer releer y teclear este poema devastador y genial de Manuel Vilas.


"El vacío general de todas las cosas.
La ingravidez de la democracia, la ingravidez
de los parlamentos europeos,
el laico vacío de los edificios públicos.

El vacío de la entrega del premio Cervantes a ancianos noqueados.
La ingravidez de la concesión del premio Nobel
a ancianos que escribieron en inglés igualmente noqueados.

La ingravidez del capitalismo: la severa vanidad
de un automóvil, de un edificio, de unos zapatos nuevos.

El frío ante todas las artes de la Historia.

El vacío en las reuniones del G-8, legislando
sobre la nada y sobre los pobres y los enfermos.

La ingravidez de los Rolling Stones, una vez acabado
el concierto la gente regresa a pisos escuálidos en transporte público,
en ordenadas y cívicas ciudades occidentales.

El vacío de la riqueza, su funesta materia inorgánica.
La ingravidez de la ONU.
El frío de la ancianidad de Margaret Thatcher.

La insignificancia de España.

El vacío de los océanos.

El frío de las vísceras de los Reyes y de los Presidentes de todas las Repúblicas.

La ingravidez de las habitaciones de los hoteles de lujo.
El frío del alcoholismo, última luz del mundo.

La insignificancia de Central Park, en Nueva York.

El vacío de las Navidades.

La insignificancia de Francia.

La ingravidez de la Unión Europea.

El vacío de todos los salarios del universo.

La ingravidez de las calles
de todas las ciudades del planeta.

El vacío de la enfermedad.

La insignificancia de los mejores hospitales estadounidenses.

El frío de la disfunción eréctil, el vacío de la sequedad vaginal.

La ingravidez del cáncer de colon."


1 comentario:

Theresa williams dijo...
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