Al final de los años 40 se introduce en la terapéutica de la amenaza de aborto un estrógeno no esteroideo de gran potencia, el dietilestilbestrol. Más tarde, las indicaciones se ven ampliadas considerablemente al apreciarse que el DES aumentaba la producción de estrógenos y progesterona en la placenta, por lo que se supone que mejoraría el pronóstico fetal en cualquier tipo de embarazo. Un estudio aleatorio aparecido en 1953 demuestra que el uso de DES no mejora el pronóstico de las mujeres con abortos habituales, lo que hace que la utilización de este fármaco disminuya en esta indicación, pero se sigue empleando en muchas otras al ser un estrógeno potente y barato. Sin embargo, en 1971 comienza a diagnosticarse un mayor número de casos de carcinoma de células claras en vagina. Pronto se establece una conexión entre la toma de DES por las madres y la aparición de este raro cáncer en las hijas, lo que motiva la retirada del producto del mercado, al tiempo que se emprende el estudio masivo de la población de hijas nacidas de madres que habían usado el fármaco en la gestación. Se comprueba que no sólo aumenta la incidencia de carcinoma de células claras en vagina y cérvix, sino que además este hecho se asocia a la aparición de otras anomalías, siendo de todas ellas las más frecuentes adenosis vaginal y los tabiques anulares en vagina.
(TRATADO DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA (2ª edición). Dr. J. A. Usandizaga. P. de la Fuente. Volumen 2: Ginecología. Editorial "McGraw-Hill Interamericana". Capítulo 5: Intersexos y malformaciones genitales. Pág. 208.)
NOVELA: Javier Mateo Hidalgo.
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1.
Todo comienza
donde la memoria
nos permite.
Dibuja la tiza
sobre un negro universo
y su polvo se desvanece.
¿Los recuerdos son nuestros
o está...
Hace 19 horas
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