Creo seguir vivo, aun desconfiando de la palabra vacaciones.
El sol me ha quemado las pestañas y prendido de amor y rabia las arterias.
He compartido ventilador y extrañeza cíclica con un anuncio de ron añejo y todo me huele a comida china.
Soy una de esas avispas ahogadas en mi piscina que una vez resucitaste con ese encanto descarado.
La luz extrañísima y eterna, pandemia de las 7 a.m., se me ha pegado a la piel y ya no sé cuándo sigo borracho.
El mar de agosto y fotograma se seca en tu boca entreabierta y todo parece volver como arrastrado por un sumidero de tardes hacia un caos de serenidad y resaca.
Sigues aquí. Eres de nuevo lo que más me exijo. Lo que nunca me perdono.
Este verano ha pretendido sobrevivirme y ante eso ya no puedo quedarme callado.
Lo siento pero vuelvo y vuelvo otro.
Tengo aun demasiadas cosas que demostrarme.
Sergio Raimondi / De "Lexikón"
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ITO
No es taaanta la diferencia entre tocar una epidermis y tocar
la superficie delicada de la pantalla. Con cada ejercitación
se incrementa la sensibili...
Hace 8 horas
1 comentario:
me encanta
que sigas escribiendo
y que sigas escribiendo así
me alegro
de que vuelvas
de que vuelvas otro
y de que lo que sea, siga ahí
me encanta la comida china..
..y las despensas
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