"Así que Julio va y escribe,
¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el petril de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo dentífrico. Pero ella no estaba ahora en el puente.
Y a renglón seguido,
Definición de Bola Cerrada: Una bola B del espacio R elevado a n es cerrada si su complementaria (R elevado a n - B) es abierta.
Ambas son consideradas conjuntos disjuntos en ese espacio R elevado a n, aunque puede llegar a definirse un espacio difuso tal que en él ambas bolas se intersequen."
"La mística tiene mucho que ver con el agua mineral con gas. Microesferas de aire que suben verticalmente a velocidad constante sin que les importe la
curvatura del Universo. Un ascender que carece de correlato e imagen en el espacio-tiempo. La masa tiende a caer, y todo es masa, y todos somos y seremos masa, y quizá algún día haciendo colisionar 2 chorros de subatómicas partículas
encuentren los físicos al fin el ansiado bosón de Higgs que dé cuenta de tanto peso que nos constituye y rodea. Sube a velocidad constante la burbuja de aire, fría y pequeña, aunque en el torrente sanguíneo te mate. Alguien tendría que pensar qué ocurriría si toda la nieve de las estepas fuera agua mineral con gas congelada, qué forma tendría el tiempo detenido en esas microesferas."
"Harold ya ha ascendido por el estado de Florida para entrar en el de Georgia, traspasarlo, llegar al de Alabama y seguir corriendo. Desde que abandonara su casa prefabricada en Miami y el tenis de videoconsola, sólo corre sin haber aún regresado. Únicamente se detiene para dormir; todo lo demás lo hace en marcha. Cada vez que llega a un cruce se decanta por un ramal al azar, y traza así un camino sinuoso que visto en mapa recuerda al de la carcoma en la pata de una cama con forma de continente americano [recientemente alguien ha señalado su parecido con las circunvoluciones de un cerebro]. Pantalón de pinzas chino, polo rojo, cazadora como de aviador y las viejas Converse en los pies. Ningún signo le indica que deba ni seguir ni detenerse, adopta aquella neutra solución del Principio de Inercia que ya postulara Newton: en tanto nada lo impida, toda cosa en movimiento continuará su trayectoria a velocidad constante. Ha cerrado su mente de la misma manera que la carne tiende a cerrarse tras una operación quirúrgica. Es ése uno de lo secretos que más le atraían cuando en Boston ejercía de médico: ¿por qué el cuerpo, aunque lo sometas a encarnizadas operaciones, siempre tiende a cerrarse, a cicatrizar su herida, a crear de nuevo oscuridad dentro de sí mismo como si la luz, que fuera es signo de vida, allí dentro equivaliera a muerte? Ahora Harold corre, aumenta su masa corporal, y así, cada vez le será más difícil a la luz llegar adentro, al centro del cuerpo que una vez maculado ya no tiene remedio. Muy lejos, una pantalla en blanco y negro de televisor acumula esa luz y miles de partidas de tenis ganadas contra sí misma con un esponjoso
doing. 3057 km recorridos, y ni un solo recuerdo."
(más fragmentos extraídos de Nocilla Experience, el libro que me tiene absolutamente fascinado, de Agustín Fernández Mallo, y del que seguiré subiendo maravillas troceadas de esta subespecie remota)
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