Tienen los domingos ese fluir desgastado,
ese lirismo cafeínico,
la tristeza en los párpados de los hombres cansados.
De que nunca pase nada.
Y de fondo el puto Carrusel deportivo.
Son los domingos esa lluvia de culpa y resaca
contra el cristal (aun por romper) de tu cabeza,
el recuerdo sangrante de una sonrisa de Fluoxetina
y cerveza, aquella retención en la A1 volviendo de viaje
y que ya nadie me espere de verdad
en ninguna parte.
Tienen los domingos esa fatalidad inerciada
de ver en sus ojos
que ella también sabe
que será la última vez que te la follas.
Para seguir sintiéndote insoportablemente vacío
de todas formas.
Vuelve a ser domingo y miro
al cielo cancerígeno de Madrid,
asomado a la ventana de mi 4º piso.
Sabor a café quemado, con las manos
llenas de frío.
Suena
A sunday smile, de Beirut.
Este momento no es literatura.
Suena
Hero, de Regina Spektor.
Es una riada intravenosa de carbonato de litio.
Escribir (y beber) en domingo:
Querer pasar página, sobre la página.
Y cortarte el dedo (y la boca) con su filo.
http://www.youtube.com/watch?v=NrgcRvBJYBE
http://www.goear.com/listen/460fbc0/miro-a-la-ventana-neurastenia
http://www.youtube.com/watch?v=RCD14IrOcIs
2 comentarios:
Como si no fuera ya bonito lo que escribes, como si no fuera bonita la canción de Hero, haces que este domingo acabe más bonito de lo que empieza un sábado.
Nadie supera nunca a Zack Condon y mira que ha hecho una mezcla etérea y hermosa con tu literatura.
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