sábado, 1 de junio de 2013

La insoportable no levedad del querer (o lo que siempre ha sostenido Campos)

Nunca dormía con las demás amantes. Cuando iba a verlas a sus casas, la cuestión era sencilla, podía irse cuando quería. Peor era cuando ellas estaban en casa de él y había que explicarles que a medianoche debía llevarlas a sus casas porque tenía problemas de insomnio y era incapaz de dormir en la inmediata proximidad de otra persona. Aquello no estaba muy lejos de la verdad, pero en el mismo momento en que terminaba el acto amoroso sentía un deseo insuperable de quedarse solo; despertarse en medio de la noche junto a una persona extraña le desagradaba; levantarse por la mañana junto con alguien le producía rechazo; no tenía ganas de que nadie oyese cómo se limpiaba los dientes en el cuarto de baño y la intimidad del desayuno para dos no le atraía.
(...)
Tomás se decía: hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias. El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer).

(fragmento de La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera)

1 comentario:

Clariclea dijo...

Mi libro de cabecera. No te pierdas "El libro de los amores ridículos", y de él muy especialmente el cuento "El falso autostop". Te recomendaría también "La broma" de no ser porque el librazo sólo está en Tusquets y vale 20€, y de momento no me lo puedo permitir. Pero ya me he enterado de que lo sacan en julio en Bolsillo por 8€ aprox. Seguiremos informando.