lunes, 5 de mayo de 2008

Punto de inflexión

Una luna temblorosa que se ahoga en cada charco.
Tragos largos de un suicidio en pequeñas dosis
de introspección.

La resaca es un mechero iluminando en el suelo mojado,
pequeños trozos muertos de una vida anterior.

Parpadeos estallando bombillas de feria.
La noche fue una sinestesia
fingida por nadie. De nadie las palabras
de combustión lenta.
Porque ya no tienen dueño los recuerdos que te sangran.
Es tan sólo una mirada, una mirada incierta.
Un laberinto cíclico de salida tapiada,
una intoxicación.

Y una danza de farolas sobre el asfalto mojado.
A veces nos sentimos fracasados.
Quizá sobrevivimos a nuestra propia autodestrucción.

Pero pasa que de momento respiramos.
Que no sabemos muy bien si estamos drogados
o juntos. Viviendo de memoria o recordando
de corazón.

Un descampado con vistas a un folio en blanco.
Y la geometría volátil de un beso robado
tallado en alcohol.

Muy a pesar del pasado.
Sí, aquí estamos.
Y cada punto suspensivo es un punto
de inflexión.

Un firmamento de lunares de tus lados
derechos. Y debajo los venenos
de tu cuerpo anestesiado.
Y quedarnos encerrados en una verdad inventada
Casi una ficción temblorosa y frágil
de pestillos y persianas,
una verdad en tensión.
La saliva y el sudor se van secando.
Simplemente un reparto de miedos.
Y la amenaza de un paisaje de prospectos y de sábado.
Porque cuando duermo contigo me acuerdo de lo que sueño.
Y haber nacido
es lo mejor que me ha pasado por error.

Porque el universo de verdad empieza dentro de tu boca
y sólo lo sabemos tu y yo.

Huida hacia delante y con los ojos cerrados.
Serán tus maneras de estar viva.
Será tu forma de fingir que no sabes que te miran.
No me canso de estar a tu lado.
No me sueltes de la mano.
Y si caemos a la realidad,
nos caemos los dos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te busco, ya no en tu nombre porque esa es
la mentira para la gente en las calles que no saben
de tus noches en las mías,
de mi piel colgada de la tuya como pájaro de un cable,
de un beso desprendiéndose de tu boca
como una gota de lluvia del tejado,
por efecto de la gravedad,
por defecto de la locura.

Te busco, ya no en los bordes de mi boca ayer incendiándote
hoy cenizas
ya no en la ausencia que es ese polvo que cubre los muebles
en las derrotas
ya no en el silencio que es ese laberinto para sordos,
ya no en la caída de tanta palabra dicha que ahora en el
suelo las piso,
ya no en escondites donde no hay revanchas,

ya no en el espejo donde liberabas tu cuerpo
de las costumbres,
donde liberabas las miradas que dejaron otros hombres,
donde te limpiabas de los gestos para otra gente,
donde ensayabas la casualidad y el
instinto,
donde tu reflejo era la extensión de mi deseo.
Pero en ninguno de tus rituales te busco porque
eso es inventarte otra vez sin saber de que estás hecha,
esa felicidad falsa
de la forma sin contenido, de la conformidad.

Ya no aquí, ni más lejos, ya no en ti porque ahí no estás
ni estoy,
donde buscarte entonces si un te quiero ya no es un lugar
ni una calle,
y si te busco en el escombro
y si te busco en el aire aunque ya olvidé el perfume,
y si te busco en el escombro otra vez
para creer que he luchado,

y si desde la imagen borrosa
me aprieto a ti hasta ahogarme con la costumbre del rapto,
con la rutina de la esperanza,
y si me arrojo desde ti a cualquier parte para creer que me arrojo contigo
y si me olvido de ti como paloma que olvida la mano,
y si te sigo buscando ya no con tu sonrisa sino con tu castigo y
olvidarme de ti como tú de cada hombre,
y si me quedo sentado en el borde de esta página y con el
polvo y ceniza que has dejado me tapo…


oiga mister, por acá andamos en malos tiempos, pero andamos...
desde lavidarima lo encontré y es un gusto encontrarlo siempre así...

cuídese mucho doctor que algún día tendrá que operarnos...

un abrazo...