Qué privilegio fisiológico y cultural,
qué sensibilidad
artísitica y prostática,
orinar
en las aceras de Madrid.
Qué centralismo
en mi política hidrológica y territorial,
mear
por fin, por
farolas y bordillos
de Madrid.
Qué brisa libertaria y púbica
al paso del camión de la basura, qué salpicadura
de oros y creatinina, mi orina
contra la piedra imperial y centenaria de Madrid.
Qué bohemia alquitranada y caliente
aliviada por mi uretra persistente y feliz.
Ya sólo me siento osado
y silvestre meándole
a la noche delincuente
de Madrid.
Qué dinámica de fluidos,
qué zigzagueo descendente, mi meada
canalizada entre los adoquines de San Vicente
Ferrer, de Desengaño, de Velarde,
de Daoiz.
Qué alarde urológico de urbanismo,
decorando con regueros de ácido úrico
y Mahou Clásica, este inocente bolardo,
este alcantarillado público,
esta pintada cursi,
diurética y panfletaria, que me harta
de Madrid.
Villa y corte de mangas y rollo,
ansiada y hostil,
pasa que si no me das
la bienvenida, yo
te meo encima,
Madrid, puta estrecha, triste y gorda
con tu carita perfecta bajo mi chorra,
si no puedes ser mía, serás siempre
del pH
de mi orín.
TOCAYU: David Mardaras.
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¿UNABOMBER?
El simple arte de escribir.
RAYMOND CHALDLER
Leo tu poesía y veo que está
viva de cojones.
Las palabras, lo que cuentas:
simplemente,
tiene ...
Hace 6 horas
1 comentario:
"escribir banalidades gilipolleces frivolonas y superficiales"
pero eficaces.
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