"Nada como la serenidad para llevarse una hostia."
"Redactar es a escribir lo que apetecer a amar."
"No era bonita, era hábil."
"Estado civil: luminoso."
"¿Quieres cenar conmigo mañana por la mañana?"
"El gore es, probablemente, el género más entrañable."
"¿A quién no le gusta una bonita comedia romántica rodada en otro país y proyectada en otro país?"
"Si el intestino no se enrollara sobre sí mismo, seríamos más altos."
"Enseñar es aprender a costa de otros."
"Hay parejas que se divorciaron a finales de los 90 y aún caminan de la mano a causa del frío."
"Lo único que el español hace mejor que sobrevalorar es infravalorar."
"Todos vamos a morir. Qué menos que saludar."
"¿Soltera? Será porque usted puede."
"La mente es un campo minado. Y, si no, es un campo vacío."
"Si es tangible, caduca."
"No le digas a tu novia que le va a caer bien una chica igualita a ella."
"Empiezo a pensar en dejar de hacerlo."
"Hay que sentar las bases de la derrota y ganar cuando nadie mira."
"No eres tú, soy yo. Que no me gustas tú."
"Si entre que recibes un estímulo superficial y emites un juicio definitivo pasan más de seis segundos, te pita el de atrás."
"La muerte cura la incertidumbre."
"No es alcoholismo si no pagas tú."
"Si la fama te precede, ya no hace falta que vayas."
jueves, 28 de abril de 2016
Dormir es de patos, de Rodrigo Cortés
miércoles, 13 de abril de 2016
desapacible
llueve y no es bonito tan lejos de una playa vacía
de unos ojos huecos, vaciados como yogures porque
llueve y pienso
en la letra de cálida trinchera, de skinny love, de libre como el viento
en un oleaje de párpados
azotando en mil ráfagas paralelas la noche amarilla y triangular
bajo el alumbrado público,
en todos los recuerdos que la lluvia no arrastra
si solamente llueve dentro de mi cabeza,
muy lejos de Lavapiés,
sobre las circunvoluciones cerebrales, carreteras retorcidas
de un puerto de alta montaña,
no para de llover
y pienso
en desapacible como una identidad diseñada
pienso en esa versión de quique gonzález,
en la canción de rapsusklei, de lágrimas y rabia, pienso
ojalá no se salga en la próxima curva,
resbalando fatídico tras el frenazo mal calculado
el coche nuevo y de gama alta de ese chico con el que te resguardas
de mi tormenta.
domingo, 10 de abril de 2016
Agujeros, de Kiko Moras
"No te buscaba en agujeros
de aceituna o de ballena; no,
en la condenada prisa del conejo,
no, en su cutre pedrería.
No te buscaba en el periplo zángano
que liba el púrpura en las ingles.
No te buscaba en el calar accidentado
de mi bañera de whisky.
No te buscaba, si he parado a respirar
fuera del aceite.
No te buscaba en la elegía a una lechuza,
bala blanca que rasgó en la noche de neón
su valentía.
No te buscaba en la leyenda enigmática
y de dudosa profundidad de las pupilas
que se clavan en el mar de las personas.
No te buscaba, porque sólo he sido
un tren arrollador sin claro acuerdo,
sordo, ciego, ebrio, charlatán.
Tú me encontraste a mí,
cuando entendí que los relojes mienten.
El horizonte miente y la luz miente.
Las palabras mienten.
Mienten las huellas, la esperanza, el miedo,
mienten.
Quería para ti
sólo una muesca en la puerta del armario,
algo que contar, una resaca,
un lunes sin color.
Y encendiste la última cerilla,
protegiéndola del grito cruel que nos devuelve el mundo.
Te empeñaste en comprobar
si estábamos allí.
Empezaste a incendiarlo todo."
(poema extraído de PIEDRAS y otras formas de escribir torcido, de Kiko Moras)
domingo, 3 de abril de 2016
Michael Caine
Será este sol de invierno bañando de incendios cada cicatriz de mi hombro derecho, este olvido inflamable, reciente y quirúrgico, como un reguero de gasolina y sangre. El chirriar de las ruedas sobre los adoquines cubiertos por cera derretida tras el paso de la procesión del Silencio. Y la mueca desencajada de ojos huecos, también como de una estatua espantosa de cera, en el cantaor heorinómano, consciente de la cuenta atrás bajo su americana holgada y su pañuelo al cuello. El tintineo fúnebre entre los aplausos, de la colisión entre el oro de sus anillos y el vidrio de su whisky. Siempre que me meto en un autobús al azar, bajo la lluvia de Méndez-Alvaro, aparezco aquí. Y vuelvo a no saber qué hora es ni hacia adónde camino. Qué tiene esta ciudad, que como Rayuela, después de los 22 ya es siempre otra cosa. Si los bebés no vienen de París, hoy todos los perros vienen a morir a Albaycin. Y todos los dueños de nada, a recordarlo.
Se quedaría por estas calles el brillo de mi mirada adolescente, una última sonrisa imprudente desafiando al mundo. Se caería de mis bolsillos al salir tambaleante del Enano rojo, de Boogaclub, de Patapalo, de Afrodisia. Leo French Harina de Raúl Ferruz. Suena Tú misionero de Dios, de Grupo de expertos sol y nieve. Soy Michael Caine, observando con lascivia la ofensiva belleza de una juventud que ya no tengo, sumergido en el agua perfumada a 45º de unos baños árabes. Paseo por el Carmen de los Martires y ya sólo creo en la belleza y el dolor. Cuando regreso a esta ciudad me pregunto cuánto de irreversible será esta extrañeza abatida hacia todo lo real, esta apatía crónica que me distancia del presente. Cuando regreso a Granada sé el próximo destino de todos: un hedonismo sin pasión que nos destruya en silencio.
spleen melancoholico
"Hay que estar siempre ebrio. Todo consiste en eso: es el único problema. Para no sentir el horrible paso del Tiempo que quiebra vuestros Hombros y os curva hacia la tierra, tenéis que embriagaros sin tregua. Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como gustéis. Pero embriagaros. Y si alguna vez, en las escalinatas de un palacio, en la hierba verde de una cunera, en la soledad sombría de vuestra habitación, os despertáis, con la embriaguez disminuida ya o desaparecida. preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, os responderán: ¡Es la hora de embriagarse! Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriagaros sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como gustéis."
(Charles Baudelaire, Embriagaos, 7 de febrero de 1864 en Le Figaro)