Prefiero escribir a mano. La poesía. Ni el teclado
ni los bolígrafos gotean. Pero la pluma sí.
Ni el ensayo -ni laprosa- requieren el goteo.
Mas el poema es gota, gorgoteo, gol de jerga.
Es cáncamo de cóncava cabida. Es lágrima
de lengüeteo, y lago. Y yo lo necesito. Porque la sequedad.
Porque la sequedad de mí debe volverse. Debe
envolverse. Debe de verse envuelta en gotas, para ramificar,
hacerse semillero, y germinar. De lo pajizo
podrá salir lo verde, y al revés. Revesdecer.
Reverdecer. Verdes de ser. No sé si entienden.
(No es necesario el verso, la tinta es necesaria)
Lo diré más claro. Es el estigma de mi vida,
mi vergüenza. Al escribir lo olvido:
tengo treinta y cinco años, y llevo veinte
sin llorar.
(Poema de Vicente Luis Mora,
extraído de "Poesía para Bacterias",
selección de poesía contemporánea de Sergi Puertas.
Editorial "Cuerdos de Atar", 2008.)
Para mí, el mejor del libro.
¿Pasa algo?...
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Hace 2 días
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