Vidas de los poetas
En la poesía no hay final feliz.
Los poetas acaban
viviendo su locura.
Y son descuartizados como reses
(sucedió con Darío).
O bien los apedrean y terminan
arrojándose al mar o con cristales
de cianuro en la boca.
O muertos de alcoholismo, drogadicción, miseria.
O lo que es peor: poetas oficiales,
amargos pobladores de un sarcófago
llamado Obras completas.
(José Emilio Pacheco. Antología poética 1958-2009)
Safo / dos fragmentos
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le tapaba
los pies el colorido traje, una hermosa tela Lidia
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Te suplico, Gonguila,
vuelve cubierta
de ese manto blanco como leche,
y que brot...
Hace 6 horas
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