Verjas (decidme porqué)

Esta mañana vi docenas de parados con sus cabezas apoyadas entre los barrotes de la verja de un colegio. Desempleados observando a sus hijos jugar y suspirando desde el otro lado de la cancela. Hombres y mujeres con las mejillas manchadas de óxido y polvo de pintura roja, con la marca fría sobre la cara por el apoyo prolongado contra el hierro.

Esta mañana vi a niños sudados en ese patio de polen y bolitas de papel albal. Niños que corren y dicen intentando recuperar el aliento yo me pido jefe con traje elegante. Que se empujan y gritan desde sus cuellos de venita hinchada y polo imitación lacoste yo me pido rico conduciendo un mercedes. Que ríen enseñando sus bocas de ortodoncia y nocilla, que ríen a carcajadas sinceras de esa forma inocente y feliz, tan molesta, y cuando se les va pasando la risa dicen yo me pido señor importante con secretaria.

Y luego contemplé la cara sudada de sus padres derrotados por la escena y por el sol de las once de la mañana de una primavera cruel. Sin querer sacar la cabeza de entre los barrotes, girar la vista hacia un lado y mirarse unos a otros.

Por fin vi a esos niños pobres percatarse de la presencia de sus padres pobres y sonreír y gritar y sentirse afortunados, queridos y orgullosos delante de los otros niños sin visita inesperada al otro lado de la valla en mitad de la mañana laborable.

Roberto, no arrastres la chaqueta del chándal, haz el favor, que no te voy a comprar otro. Sarita, no insultes a los demás niños que como se lo diga a tu padre te vas a enterar. Alejandro límpiate los mocos y haz caso a la señorita en lo que te diga.

Esta mañana he visto una crisis económica como impensable única solución a la verdadera crisis humana.

Y aun así me ha parecido triste.