Madrid, para una elegía
Pasan trenes en marzo atestados de lágrimas
palabras o susurros bajo un cielo dormido,
mejillas presurosas que de pronto se tornan
amasijo de hierros en el alba.
Claridad de la sangre. En el crepúsculo
se juntaron los rostros silenciosos.
En todos los paraguas del dolor repicaba
la piedad de la lluvia.
(Poema de Andrés Sánchez Robayna)
lunes, 6 de diciembre de 2010
La piedad de la lluvia
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