Me gusta caminar a través del frío
con los ojos llorosos y una lata de cerveza quemándome los dedos.
No pensar en nada y dejar
que la ciudad me pase borrosa y veloz a ambos lados
del tiempo.
Me gusta caminar por esta intemperie interior rota
llena de charcos y de hojas secas y de ruedas
bajo los nidos de niebla ámbar que envuelven las farolas.
Me gusta caminar rajando puentes, aceras, parques, recuerdos,
como rajan los tejados este sol velado de yema hervida.
Siguen los cartones sobre los parabrisas aparcados,
las ramas de chopo desnudas
como cordilleras de manos implorando y culpando
a la vez, a un mismo cielo opaco. Sordo.
Y sigo avanzando, tras mi propio vaho,
grieta en el hielo,
al encuentro inconsciente del extravío que eres.
Despidiéndome ya del invierno que somos.
Fuimos.
Eran.
DE NADIE EL AGUA DEL RÍO por PABLO OTERO
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No tú
no yo
no él
de nadie el agua del río
ni la plata, ni la bellota, de nadie
el susurro, ni el azahar.
Ni luz ni sombra tienen pertenencia.
Ni siquie...
Hace 13 horas
3 comentarios:
Mejor...despidiendo(-la)...el recuerdo de la idea.
eres
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