Una metralla de aristas de sueños partidos.
Su mirada era un chorro afilado de flores muertas.
Y ella ya lo sabía.
Observaba como arropando los objetos con una nevada sorda
de sangre en polvo, como regando de grises las cosas
con una pátina oxidada en muertes inútiles.
Dos taladros invisibles contra la geometría distorsionada del espacio,
contra las cenizas de los cuerpos huecos,
perforando y extendiendo esta infección de penas sucias,
diseminando esta quietud desconcertante de cielo de cuadro,
esta siniestra sospecha de jardines secos bajo nubes de hielo negro.
Golpeando hasta detrás del fondo opaco de otras pupilas y su esperanza.
Mataba de tristeza todo lo que miraba.
Y ella ya lo sabía.
Por eso llevaba hundidos sus ojos de llama de plástico.
Contenidos junto al dolor, tras unas rejas de piel y pestaña
que eran persianas de plomo caliente.
Escondía su devastación arrojadiza y secreta
como colocándole un bozal de paja a un rebaño de tormentas.
Y una vez me miró a mi.
Y en realidad no me miraba.
Y ya nunca supe si morirme de todas formas,
o morir sin llegar a ser matado sin embargo.
Si podía existir aún esta extraña envidia mecánica
de tragedia misteriosa en tonos fríos,
dibujando un naufragio invisible en un desierto de tristeza líquida.
Resbalando como el tiempo grumoso y letal
por las cornisas prometidas de la conciencia imprecisa.
Fué la última vez que miré a los ojos.
1 comentario:
ssjajajaja q caxondo cosn lo de cuidate!!! si me ves mañana!!!! pues no me contestastes asi tdus palabrass eran sendtimientos deslizados en un papel .....buscas!!! pues cuanto mas lo busques..en fin...que hoy hasta el miercoles la luna se pondra llena!! asq aprovexalo!INDONESIA
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