jueves, 5 de febrero de 2009

Dignidades ciegas



En una de esas grandes calles del centro.


Una anciana clava sus rodillas

sobre un cartón,

en el suelo.


Agacha su cabeza escondida tras un pañuelo

y muestra la palma sucia y vacía

de su mano derecha.


En una de esas grandes calles del centro.

Una anciana invisible.

Y sin superpoderes.


En una de esas grandes calles del centro.

Joder.

En una calle llena de gente

yendo y viniendo.

Y nadie parece darse cuenta de que


en realidad,


ella

nos humilla

a nosotros.





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