martes, 7 de abril de 2009

Decidme cómo es un hombre libre


Mi vida


“Mi vida,

os la puedo contar en dos palabras:

Un patio.

Y un trocito de cielo

por donde a veces pasan

una nube perdida

y algún pájaro huyendo de sus alas”.




Pequeña carta al mundo


Los dientes de una ballesta

me tienen clavado el vuelo.

Tengo el alma desgarrada

de tirar, pero no puedo

arrancarme estos cerrojos

que me atraviesan el pecho.

Siete mil doscientas veces

la luna cruzó mi cielo

y otras tantas, la dorada

libertad cruzó mi sueño.

El Sol me hace crecer flores,

¿para qué, si estéril veo

que entre los muros mi sangre

se me deshoja en silencio?

No sabéis lo que es un hombre,

sangrando y roto, en un cepo.

Si lo supieseis vendrías

en las olas y en el viento,

desde todos los confines,

con el corazón deshecho,

enarbolando los puños

para salvar lo que es vuestro.

Si llegáis ya tarde un día

y encontráis frío mi cuerpo;

de nieve, a mis camaradas

entre sus cadenas muertos…

recoged nuestras banderas,

nuestro dolor, nuestro sueño,

los nombres que en las paredes

con dulce amor grabaremos.

Y si no nos cerráis los ojos

¡dejadnos los muros dentro!

que se pudran con el polvo

de nuestra carne y no puedan

ser nuevas tumbas de presos.

No sabéis lo que es un hombre

sangrando y roto, en un cepo.

Si lo supierais vendríais,

en las olas y en el viento,

desde todos los confines,

para salvar lo que es vuestro.

Si llegáis ya tarde un día

y encontráis frío mi cuerpo

buscad en las soledades

del muro mi testamento:

al mundo le dejo todo,

lo que tengo y lo que siento,

lo que he sido entre los míos,

lo que soy, lo que sostengo:

una bandera sin llanto,

un amor, algunos versos…

y en las piedras lacerantes

de este patio gris, desierto,

mi grito, como una estatua

terrible y roja, en el centro.




Mi corazón es patio


La tierra no es redonda:

es un patio cuadrado

donde los hombres giran

bajo un cielo de estaño.

Soñé que el mundo era

un redondo espectáculo

envuelto por el cielo,

con ciudades y campos

en paz, con trigo y besos,

con ríos, montes y anchos

mares donde navegan

corazones y barcos.

Pero el mundo es un patio

(Un patio donde giran

los hombres sin espacio)

A veces, cuando subo

a mi ventana, palpo

con mis ojos la vida

de luz que voy soñando.

y entonces, digo: “El mundo

es algo más que el patio

y estas losas terribles

donde me voy gastando”.

Y oigo colinas libres,

voces entre los álamos,

la charla azul del río

que ciñe mi cadalso.

“Es la vida”, me dicen

los aromas, el canto

rojo de los jilgueros,

la música en el vaso

blanco y azul del día,

la risa de un muchacho…

Pero soñar es despierto

(mi reja es el costado

de un sueño

que da al campo)

Amanezco, y ya todo

-fuera del sueño- es patio:

un patio donde giran

los hombres sin espacio.

¡Hace ya tantos siglos

que nací emparedado,

que me olvidé del mundo,

de cómo canta el árbol,

de la pasión que enciende

el amor en los labios,

de si hay puertas sin llaves

y otras manos sin clavos!

Yo ya creo que todo

-fuera del sueño- es patio.

(Un patio bajo un cielo

de fosa, desgarrado,

que acuchillan y acotan

muros y pararrayos).

Ya ni el sueño me lleva

hacia mis libres años.

Ya todo, todo, todo,

-hasta en el sueño- es patio.

Un patio donde gira

mi corazón, clavado;

mi corazón, desnudo;

mi corazón, clamando;

mi corazón, que tiene

la forma gris de un patio.

(Un patio donde giran

los hombres sin descanso)









Marcos Ana


2 comentarios:

benyrema dijo...

es realmente buena. me resulta casi ridiculo lo que yo hago. De lo mejor que he leido hace tiempo. te lo digo sinceramente

Gsús Bonilla dijo...

my friend,
este libro es de los imprescindibles,
y no hablo de las ediciones de bolsillo.
sino en formato ladrillo.
su contenido
cemento para ir levantando tabiques
en los desiertos de la memoria

barzo.