Sudor. Inquietud.
Pensamientos intrusivos.
Ni la lectura ni el cansancio son suficientes.
Cambio de postura sin esperanza.
Fallan también la masturbación y el vasito de agua.
Al final, otra vez moléculas
de lorazepam surcando mi sangre.
Te echo de menos y pienso en tu cuerpo
como un cadáver aun caliente
en el maletero de mi cerebro.
Y ahora que por fin he podido matarte,
duermo.
CANSADO por PABLO OTERO
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Cansado
de terapias, de dimes y diretes, de
aguafiestas, de
llorones y lloronas, de
egos vacíos, de
amiguísimos y amiguísimas, de
filósofos analfaburros,...
Hace 8 horas


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