Sudor. Inquietud.
Pensamientos intrusivos.
Ni la lectura ni el cansancio son suficientes.
Cambio de postura sin esperanza.
Fallan también la masturbación y el vasito de agua.
Al final, otra vez moléculas
de lorazepam surcando mi sangre.
Te echo de menos y pienso en tu cuerpo
como un cadáver aun caliente
en el maletero de mi cerebro.
Y ahora que por fin he podido matarte,
duermo.
ARTE CONCEPTUAL por ALEXANDER DRAKE
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Me gustaba entrar en las diferentes salas de exposiciones de mi ciudad.
Lugares donde por lo general exhibían obras de artistas de cierto
prestigio. Pi...
Hace 20 horas
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