jueves, 20 de octubre de 2011

Tragando desajustes

Ajustes

Si en un insomnio cualquiera, uno pretende aliviar el desvelo, puede que se le ocurra mirar hacia atrás. Cuántos hechos y deshechos se acumulan en cada recoveco de la memoria: amagos de osadía, pasos en falso, desamores y amores, admiraciones y esperpentos, porquerías y chispas de humor. Uno apenas se reconoce en los cruces de sí mismo consigo mismo. Como si se tratara de confusos borradores del azar, de rostros en la niebla, de maletas perdidas. (...)

Tragos

Un trago sirve para creer que la vida es sueño, o que el mundo se tambalea sin motivo. Sirve para imaginar que la realidad no nos humilla, precisamente en el momento en que la implacable nos está hundiendo. Sirve para envalentonárnos en los pasos previos al amor y en ciertos casos para ahuyentar al amor con el mal aliento.
El trago, cuando es medido, acaba con las penas menores, pero cuando es desmedido acaba con el hígado. (...)

En los perdones, siempre hay una pizca de hipocresía.


(Fragmentos de Vivir adrede, de Mario Benedetti)

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