Qué difícil, a veces.
Saber acostarse a tiempo, cuando la noche
ya sólo puede tumbarte a golpes de tristeza.
Cuneta enésima.
No pedir otra cerveza ni porqués.
No lanzarse al vacío de la herida abierta.
Qué difícil no pensarse absurdo y roto
frente a esos ojos huecos
que una vez fueron mi planeta.
Simplemente sonreír, qué difícil.
Y guardarse las palabras
para quien por fin las merezca.
NO SOY ENRIQUE VILA-MATAS: Montero Glez.
-
Los cincuenta y cuatro artículos que contiene *No soy Enrique Vila-Mata*s
(escogidos con mimo para la ocasión) trazan, página a página, un viaje a
través...
Hace 10 horas
1 comentario:
~la yema de unos dedos que en su tendencia sádica por ahondar en las heridas, encuentran arañazos masoquistas que se niegan a cerrarse del todo.
qué difícil...
Publicar un comentario