jueves, 3 de mayo de 2012

Me inspiran una tristeza infinita los ultimos tragos fríos de otro café y esos videos de canciones en internet editados con fotografías sacadas del google imágenes. Alguien se sabe sensible e interesante. Alquien que no se sabe insípido, qué pena. Cuánta. Llueve otra vez.
Y qué master en dolor, ahora que vuelvo a ver los últimos capítulos de la sépitma temporada de House. Con el sonido de mi garganta tragando coincidencias macabras y los hielos golpeándose contra las paredes del vaso de whisky con nestea que moja mi resguardo de colegiado. Otra vez cuánta. Y siempre son las tantas ahora que me largo de aquí para que no pase otro año sin haber cambiado nada. Leo siempre a los mismos que saben más que yo sobre la necesidad de ser otro. Y lejos. Me informo sobre la cantaridina y el resultado del partido del Estudiantes. Pienso en el cielo ardiendo en tus ojos de llama azul. Y apago las luces del coche cuando atravieso la madrugada comarcal y un cambio de rasante a 150km/h. No siento nada y pienso que destruir es también una forma artística de transcender. Y que la belleza y la cordura no siempre merecen la pena. Esta. Qué le voy a hacer si las resacas se alivian con cerveza. En las heridas. Y otra vez cuántas.



1 comentario:

Cloudy dijo...

Iba a decirte que no te las dieras de whisky en vaso de cristal. Pero bien pensado iba a salir perdiendo, a ní ponme vino rosado en taza de desayuno, por favor, con hielo si puedes ser.