sábado, 11 de julio de 2009

Progeria 2 (Torrejón de Ardoz-Daganzo-Alcalá de Henares, horarios de paso aproximado...)


Mientras el autobús no aparece, me derrito al sol implacable de las cinco de la tarde de un julio cabrón, bajo la lupa despiadada del cristal sucio de esta marquesina remota.

Mientras el autobús no aparece, me da por pensar en el tiempo como si fuera una distracción aleatoria, como si fuera la primera vez que me da por masticar mentalmente esta recurrencia incansable que no, no me obsesiona. Como si no me diera pánico el paso del tiempo. Mientras el autobús no aparece.


Si al menos tuviera la certeza de que el deterioro penoso de estos cuerpos imperfectos queda parcialmente compensado por la creciente complejidad interior, el enriquecimiento intelectual, el desarrollo ético que implica la erosión de la experiencia sobre las conductas. Haciendo de cada individuo una persona interesante de la que siempre poder aprender algo.

Con el paso sádico y lento de este tiempo eficaz.


Si aunque sólo eso fuera cierto.

Mientras el autobús no aparece.

El tiempo sería una magnitud física mucho más respetada.

También por los conductores del autobús de línea interurbana.




El tiempo, que es relativo

No hay comentarios: