sábado, 23 de enero de 2010

Estornudo fótico


El estornudo es un fenómeno ubicuo que todo el mundo sufre, a pesar de lo cual ha recibido poca atención en la literatura médica en general y neurológica en particular. Una curiosa entidad, conocida como reflejo fótico de esturnudo (RFE), reflejo lumínico de estornudo, reflejo solar de estornudo o síndrome ACHOO (autosomal dominant compelling helio-ophthalmic outburst syndrome) (síndrome de estornudos heliooftámicos compulsivos autosómico dominante) . Dicho reflejo consiste en la aparición de salvas de estornudos prolongadas e incoercibles en individuos expuestos súbitamente a la luz solar intensa. Se ha sugerido que este fenómeno ocurre únicamente tras haberse adaptado a la oscuridad durante más de cinco minutos, aunque esto no ha sido probado. Es muy común, su frecuencia oscila entre un 18 y un 35% de la población mundial, siendo típicamente más prevalente en individuos de la raza caucásica.

Existen varias teorías etiopatogénicas. La causa más probable sería una disfunción congénita en las señales nerviosas del núcleo del n. trigémino (V par craneal). Los investigadores sugieren que ciertas personas poseen una asociación entre este nervio y el n. óptico (II par craneal). Algunos lo describen groseramente como una especie de "cruce de cables". La sobreestimulación del nervio óptico dispara el nervio trigémino provocando el reflejo de estornudo a la luz brillante. Otra teoría propone que las lágrimas filtradas hacia la nariz mediante el conducto nasolacrimal son una causa del reflejo. La velocidad del reflejo parece favorecer la primera teoría, ya que ocurre con demasiada velocidad como para permitir que las lágrimas sean producidas y drenadas hacia la nariz.

El reflejo de estornudo fótico es considerado un factor de riesgo para pilotos de combate por lo que las personas que mantienen esta condición no pueden pilotar este tipo de aeronaves.

Además de todo esto, la entidad nos atrae por una llamativa curiosidad: la similitud fonética entre el acrónimo anglosajón del síndrome (ACHOO) y la onomatopeya del estornudo. De hecho, hace unos años se escogió como el mejor acrónimo en ciencias cognitivas.

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